Los expertos recomiendan mantener una cierta separación entre la vida personal y la vida profesional que nos permita gestionar mejor el estrés, desarrollarnos en múltiples planos y cuidar nuestra salud y el bienestar de aquellos que nos importan.
Desde la implantación de Internet de forma masiva a través de los smartphones, estamos disponibles a todas horas. ¡Las distancias entre las distintas facetas de nuestra vida se han desdibujado!
Muchos profesionales no descansan al 100% ni siquiera durante sus vacaciones. Responder a un e-mail o realizar una llamada profesional de forma puntual en nuestro tiempo libre puede no suponernos una alteración grave de nuestro espacio mental, pero ¡es tan difícil parar de hacerlo!
En los últimos meses, multitud de trabajadores de diferentes áreas se han visto obligados a teletrabajar. Muchos han descubierto las ventajas que tiene hacerlo. Otros muchos han visto una reducción de su productividad, un peor descanso y un aumento significante de las horas delante del ordenador.
¿Cuál es la causa?
Nuestros hogares no necesariamente están preparados para servir también como oficina. Puede que teletrabajar signifique necesariamente hacerlo sobre la mesa del comedor, en un rincón de la habitación o incluso sentado en el sofá.
Esto supone que estamos utilizando espacios de nuestra vida privada para desarrollar nuestra vida profesional. ¡Eso es muy confuso para nuestra productividad!
Por supuesto, no te vamos a proponer cambiarte de casa para que puedas trabajar mejor. El truco que te proponemos es más sencillo: ¡cambia la luz!
Si optas por una iluminación más fría durante tu horario laboral, como suele ser la de los flexos, cámbiala una luz cálida al terminar. Cuando teletrabajes, este sencillo gesto le indicará a tu cerebro que ha llegado el momento de apagar una actividad y comenzar otra. En pocos días notarás cómo te relajas solo con hacerlo, y cómo la luz fría te ayuda a concentrarte.