1. Aprovecha la luz natural.
  2. Crea corrientes de aire que mantengan fresca tu casa.
  3. Apaga emisores de calor que no estés usando, como la televisión, el ordenador…
  4. Antes de instalar el aire acondicionado, estudia su ubicación ideal.
  5. Una vez instalado, controla la temperatura: cada grado extra supone un 8% más de consumo.
  6. Revisa el aislamiento de tu hogar.
  7. Baja las persianas durante las horas de más calor.
  8. Elige electrodomésticos con alta eficiencia energética.
  9. Opta por bombillas LED para iluminar tu casa.
  10. Instala placas solares y súmate al autoconsumo.