Como cada tercer lunes de enero desde hace unos años, ha llegado el Blue Monday: el día más triste del año.

El motivo parece ser una tormenta perfecta que combina la cuesta de enero con el tiempo trascurrido tras las fiestas, el estado atmosférico y el decaimiento de los propósitos navideños. Un cóctel calculado (al menos, teóricamente) con una fórmula matemática que, misticismos aparte, se demostró que había sido creada con unos datos falseados a própósito para conseguir este resultado.

Y aún así, año tras año las redes vuelven a llenarse de menciones a este día, porque aunque no sea cierto que se trate del día más triste del año científicamente hablando, los elementos que lo conforman son innegables.

En especial en un momento como el actual, en el que acusamos las consecuencias de la pandemia de COVID-19 y su impacto social y económico.

Os invitamos a vencer el miedo a este día y enfrentaros a él con energía y positivismo. A fin de cuentas, ¡solo quedan 133 días para que llegue el verano!